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A los 98 AÑOS falleció el cardenal más anciano del mundo

Algunos de sus aportes fueron la fundación de una revista religiosa y del Instituto de los Santos Cirilo y Metodio en Roma. Hizo numerosas publicaciones sobre temas que van de la teología al derecho, de la historia a la espiritualidad.

Miércoles 10 de agosto de 2022

Durante la mañana del día de hoy se anunció la muerte del cardenal más longevo, el eslovaco Jozef Tomko. Fue prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales y era el purpurado más anciano del Colegio cardenalicio a sus 98 años.

Tomko falleció en su apartamento en Roma luego de haber sufrido una lesión en la vértebra cervical hace seis semanas atrás. Fue sacerdote durante 73 años y dentro de los principales cargos que tuvo fue uno de los secretarios especiales de la primera Asamblea Sinodal de 1967, subsecretario de la Congregación para los Obispos, secretario general del Sínodo de los Obispos y elegido arzobispo Titular de Doclea. Colaboró en actividades internacionales del ecumenismo y formó parte de la delegación de la Santa Sede ante la Federación Luterana Mundial.

Además encabezó la delegación de la Santa Sede en la reunión de Ministros europeos para los Asuntos de la Familia, celebrada en Roma en 1981, fue miembro del Consejo Superior de las Obras Misionales Pontificias y fue presidente delegado en la Asamblea especial para Asia del Sínodo de los Obispos y presidente del Pontificio Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales.

Algunos de sus aportes fueron la fundación de una revista religiosa y del Instituto de los Santos Cirilo y Metodio en Roma. Hizo numerosas publicaciones sobre temas que van de la teología al derecho, de la historia a la espiritualidad.

Participó en la profundización de las problemáticas relativas a la vida consagrada, la justicia y la paz, y el laicado. El Papa Juan Pablo II lo consagró como cardenal en el Consistorio del 25 de mayo de 1985, con el Título de Santa Sabina. Al anunciar su fallecimiento, la Conferencia episcopal eslovaca invitó a los fieles a rezar por el cardenal, indicando que el entierro tendrá lugar, tras el funeral en Roma, en la catedral de Santa Isabel en Košice.

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