Martes 9 de abril de 2019
Sobre los temas conversados con el Papa, Monseñor Aós, relató: “Fue una reunión un poco larga para lo que pueden ser las audiencias. Estuvimos más de una hora”, agregando que se encontró con un “padre acogedor” en una reunión a solas donde abordaron “los temas de la marcha de la Iglesia de Santiago, una Iglesia tan compleja”. El obispo Aós señaló que conversaron sobre los “hermanos que están heridos por estos abusos, que son víctimas”, pero también sobre la riqueza de la diócesis. “Están los matrimonios, están los niños y jóvenes, la educación, los ancianos y los trabajadores. Es muy amplio y el Santo Padre insistió en que vea que yo soy el pastor de toda la Iglesia de Santiago”.
Celestino Aós, enfatizó que Francisco “está muy cercano y además así me lo dijo, él quiere y está esforzándose por dar a los fieles de Chile el mejor gobierno y la mejor asistencia pastoral posible. Se da cuenta que es pastor de todos los pastores de todo el mundo y quiere lo mejor para la iglesia de Chile”.
En medio de los momentos de dificultad que se viven en Santiago, el Papa le pidió “que miremos hacia adelante, que ciertamente el pasado interesa y hay que recoger la situación, pero que miremos hacia adelante con fe y con esperanza. El Papa es un hombre de fe, sabe que detrás de esas experiencias humanas, está la presencia misteriosa de Dios”.
El Administrador Apostólico de Santiago, confirmó que en su diálogo “pedí al Santo Padre, y le pediré mañana también en la Congregación de los Obispos, que nombre pronto obispos auxiliares que puedan colaborar conmigo”, explicando que “es imposible absolutamente, que ni yo, ni otra persona, pueda estar solo y llevar el gobierno de una diócesis como esta”.
Respecto del pago de indemnizaciones a víctimas de abuso, monseñor Aós explicó: “La orientación es que la Iglesia chilena va a colaborar en todo lo que pueda con la justicia civil. Somos ciudadanos chilenos que no tenemos privilegios”. Además señaló: “Si hay una persona de la Iglesia, sea un fiel, sea un sacerdote, sea un obispo que comete un delito, debe someterse a los tribunales y debe aceptar las consecuencias de sus actos”, agregando que “Sí como institución la Iglesia, en algunos casos también tenía la responsabilidad por no haber sido diligente en su cometido, por no haber cumplido bien su tarea, y los tribunales consideran que debe indemnizar, tendremos que hacerlo”.
Al mismo tiempo el obispo reiteró que más allá del pago de indemnizaciones, “Nos interesa el ver cómo se puede de alguna manera ayudar a reparar a esas víctimas que han sufrido” y junto con su ayuda y de toda la sociedad “nos ayuden para que juntos construyamos un futuro diferente (…) para que esto no se repita”.