Martes 28 de julio de 2020
En un espacio en el que usualmente operan alrededor de 20 voluntarios, de lunes a viernes, recibiendo a personas en situación de calle con puertas abiertas al comedor de la parroquia, ahora solo están tres personas, dos veces por semana, preparando entre 150 a 180 porciones diarias en la
humilde cocina de la Recoleta Franciscana.
El comedor Fray Andresito surgió hace más de 30 años, y en los últimos meses, el grupo de voluntarios y las personas pertenecientes a la comunidad parroquial, han visto el impacto que ha tenido la cuarentena por la crisis del coronavirus en el funcionamiento del recinto y cuánta necesidad existe actualmente entre sus feligreses.
Entre los tres voluntarios, se encuentra el hermano Nicolás Alfaro, encargado del comedor, quien explica que esta iniciativa surgió y se ha mantenido a través del tiempo, siguiendo la característica de los conventos franciscanos de ayudar a los más pobres. "Siempre el barrio Norte de Santiago, pasando el Mapocho, ha experimentado más pobreza y de forma palpable.
Después de 1900, con el auge comercial que tuvo la zona y como espacio de abastecimiento, se fue produciendo esta paradoja, que si bien había mucho comercio alrededor, también fueron llegando personas en situación de calle que fuimos albergando hasta hoy".