Lunes 10 de septiembre de 2018
Nos preparamos a participar con gozo esta celebración donde estos hermanos serán consagrados para Dios y puestos al servicio de los hombres”. Con estas palabras, se daba inicio a una emocionante ceremonia en una Catedral repleta de familiares, amigos, y diferentes agentes pastorales de la diócesis de Iquique.
Entre multitudinarios aplausos entraron quienes recibían su ordenación de Sacerdote y Diacono respectivamente, dónde al iniciar la celebración, se situaron frente al altar para cuando el obispo los llamase por sus nombres.
En la homilía, Monseñor Guillermo, comenzó entregando su mensaje aclarando que: “Dios no elige a los más apto, pero hace apto a los que elige. Que cada uno de nosotros, sacerdotes, diáconos, y todos los bautizados sepamos responder a esa confianza de Dios que nos capacita para cosas grandes”.
Siguiendo la misma línea, y abocando a la bendición de la ordenación, pidió a los presentes orar por estas dos bendiciones que Dios nos regalaba para nuestra iglesia. “Mientras nuestros corazones susurran esa oración, pidiendo que la gracia de Dios tome sus vidas y las trasforme, viviéremos ese momento en absoluto silencio, la palabra humana se enmudece, el alma se abre en silencio a Dios, cuya mano se alarga hacia el hombre, lo toma para sí, y a la vez lo cubre para protegerlo en la misión que se les encomienda”.
Previo a culminar su homilía, explicó cómo se iba a desarrollar el momento de la envestidura, y de la real importancia de este momento para la Iglesia Católica. También, tuvo palabras ambos hermanos que iban a recibir por medio de Dios y de sus familiares la bendición de un nuevo servicio.
El ahora Diacono, Sergio Fernández Delgado, de 42 años, fue el primero en subir hacía el altar para responder la aceptación y promesa del orden de diaconado, seguido del ahora sacerdote Héctor Yévenes Aravena de 61 años, donde ambos se postraron frente al señor rogando por sus servicios en la Letanía de los Santos.
Seguido a ello, y en mismo orden anterior, el obispo Guillermo Vera, llamó a Sergio Fernández para la imposición de manos y realizar la oración consecratoria. Al culminar, la familia del ordenado hizo entrega de los Ornamentos, para luego Monseñor Vera, le hiciera entrega del Libro de los Evangelios al neo diacono.
En el caso Héctor Yévenes, luego de la imposición de manos y la oración consecratoria, la familia del ahora presbítero hizo entrega de los Ornamentos sacerdotales, en donde el Padre Javier Sáez y el P. Calor Inajeros, fueron quienes revistieron al ahora nuevo Sacerdote Diocesano.
En esta última acción también se realizó la unción de las manos, donde el obispo recibe el gremial y unge con el Santo Crisma las palmas del ordenado.
Ya casi terminada la ceremonia, y ambos ordenados con sus vestiduras puestas, presentaron el pan y el vino para luego consagrarlo en cuerpo y sangre al momento del acto de comunión.
Al terminar la celebración Monseñor Guillermo Vera felicitó a ambos por este nuevo paso, dejando el espacio para que los presentes se acercaran para saludar y felicitar a los nuevos ordenados.
El ahora Padre Héctor Yévenes Aravena celebraría su primera eucaristía como Sacerdote a las 12:00 horas de este Domingo 8 de septiembre en el Santuario del Pueblo de la Tirana.