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HOMILÍA DEL DÍA, MARTES 2 DE JUNIO- Por Fr. Isauro Covili

Martes 2 de junio de 2020

Estimados hermanos, nos encontramos viviendo como país un periodo muy complejo relacionado con demandas sociales y especialmente este año afectado por la Pandemia mundial del Covid 19. Hay esfuerzos que se hacen por parte de las autoridades y particulares, como también de todos los que habitamos esta tierra larga y angosta en la exigencia de cuidarnos, estar en casa y ser responsables con todas aquellas normativas dadas por la autoridad sanitaria. Que la palabra del Señor y la experiencia de oración posibilite a todos vivir este tiempo como experiencia de crecimiento y de nuevos desafíos que puedan estar brotando. La Iglesia entre otras actividades, se encuentra muy presente acompañando con palabras de consuelo el dolor de mucho; por medio de la solidaridad el hambre y la pobreza; colocando estructuras para que hermanos puedan hacer sus cuarentenas y acompañando con alimentos y asistencia jurídica a hermanos migrantes que se encuentran fuera de algunas Embajadas. Estamos cerca del que sufre para sostenerlos en la Esperanza. Cristo es nuestra Esperanza.

En el evangelio de hoy podemos ver que continúa el enfrentamiento entre Jesús y las autoridades. Los sacerdotes, ancianos y escribas habían sido criticados y denunciados por Jesús en la parábola de la viña (Mc 12,1-12). Ahora, los mismos piden a los fariseos y a los herodianos que preparen una encerrona contra Jesús, para poderlo acusar y condenar. Preguntaban a Jesús sobre el impuesto que había que pagar a los romanos. Era un asunto polémico que dividía a la opinión pública. Los adversarios de Jesús querían a toda costa acusarlo.

 

La pregunta de los fariseos y de los herodianos. Pregunta experta pero llena de malicia y bajo apariencia de fidelidad a la ley de Dios, buscan motivos para poderle acusar. Si Jesús dijera: Tienes que pagar, podrían acusarle ante el pueblo de ser amigo de los romanos. Si dijera: No hay que pagar, podrían acusarle ante las autoridades romanas de ser subversivo.

 

Parecía un callejón sin salida. Jesús percibe la hipocresía y en su respuesta, no pierde tiempo en inútiles discusiones y va derecho al núcleo de la cuestión. En vez de responder y de discutir el asunto del tributo a César, pide que le muestren la moneda, y pregunta: ¿De quién es esta imagen e inserción?. Ellos responden: De César. Respuesta de Jesús: lo del César, devolverlo al César, y lo de Dios, a Dios. Es decir, el cuidado de la vida, la justicia y la honestidad según lo que exige la Ley de Dios, pues por la hipocresía ustedes están negando a Dios lo que se le debe.

 

En el tiempo de Jesús, la gente de Palestina pagaba muchos impuestos, tasas, tributos y diezmos a los romanos y al Templo. El imperio romano invadió Palestina en el año 63 aC y pasó a exigir muchos impuestos y tributos.

 

Que la palabra del Señor, sostenga a todos en la esperanza y en el cuidado de la vida propia y de los demás.

 

Fraternalmente,

Fr. Isauro

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