Miércoles 7 de abril de 2021
En su catequesis de esta mañana, el Papa Francisco reflexionó sobre la relación entre la oración y la comunión de los santos. Y explicó que “cuando rezamos, nunca lo hacemos solos: aunque no lo pensemos, estamos inmersos en un majestuoso río de invocaciones que nos precede y continúa después de nosotros”.
El Santo Padre subrayó que “en la oración de alabanza, especialmente en la que brota del corazón de los pequeños y los humildes, resuena algo del cántico del Magníficat que María elevó a Dios ante su pariente Isabel”.
Por otra parte, el Papa agregó que las buenas oraciones son “difusivas”, es decir, “se propagan continuamente, con o sin mensajes en las redes sociales”. De manera que puede ser “desde las salas del hospital”, o las diversas reuniones de fiesta y hasta desde esos “momentos en que se sufre en silencio”.
El Pontífice también recordó que “las oraciones siempre renacen” porque “cada vez que juntamos las manos y abrimos nuestro corazón a Dios, nos encontramos en compañía de santos anónimos y santos reconocidos que rezan con nosotros, y que interceden por nosotros, como hermanos y hermanas mayores que han pasado por nuestra misma aventura humana”.