Viernes 22 de marzo de 2019
“Redescubrir el vínculo intrínseco entre el Evangelio y su identidad cultural, revalorizando sus raíces cristianas para construir una sociedad en la que puedan tener lugar la aceptación y la solidaridad mutuas”: fue ésta la exhortación del Papa Francisco a la delegación de parlamentarios de la República Checa y de la República Eslovaca, recibida en el Vaticano con ocasión del 1150 aniversario de la muerte de San Cirilo en Roma, el 14 de febrero de 869.
En su discurso Francisco evidenció que este aniversario es también “ocasión para profundizar las riquezas espirituales y culturales heredadas de los dos hermanos de Tesalónica”, indicando además que estas riquezas “son un patrimonio moral que hay que preservar y valorar cada vez más”. “Su historia - puntualizó el Pontífice - nos enseña que el cristianismo siempre ha sido la fuente de esperanza y la fuerza de la recuperación, especialmente en los períodos más oscuros y difíciles”.
El obispo de Roma evidencia “la vasta obra de evangelización, realizada con celo apostólico por San Cirilo y su santo hermano Metodio en esas tierras, que es “un modelo de inculturación todavía válido en sus elementos esenciales”.
Francisco recuerda que los Santos Cirilo y Metodio traduciendo la Biblia "a la antigua lengua eslava" trajeron además "el llamado alfabeto eslavo", ofreciendo así "un don tanto para la vida religiosa como para el desarrollo cultural" de esas tierras. “El mensaje bíblico-cristiano – subraya el Papa - ha ayudado a crear un estado jurídico tanto en sus países como en los estados cercanos a ustedes. En el cristianismo, anunciado a través de la predicación y la celebración de la liturgia, se ha realizado el punto de inflexión histórico de vuestra sociedad”.
Sobre la labor de San Cirilo el Pontífice afirma que supo “construir relaciones de conocimiento y cordialidad entre los pueblos, convirtiéndose en un vínculo entre las diferentes culturas y tradiciones eclesiales”. El deseo expresado por el Papa es que un “patrimonio espiritual y cultural tan importante" despierte en todos los conciudadanos de esas tierras "el deseo de encuentro y de apertura hacia los demás. Se trata de saber vivir juntos en la diversidad, a través del diálogo, el compartir, la construcción de puentes y la ruptura de las barreras de la desconfianza y los prejuicios. Con estas actitudes nos convertimos en testigos de la solidaridad y constructores de paz”.
El último deseo expresado por el Papa a los políticos de estas tierras es que sean cada día, a través de la "importante función pública" desempeñada, "protagonistas de la fraternidad" y "promotores claros e irreprochables del bien común", ofreciendo esperanza a sus poblaciones.