Papa Francisco invita a dar importancia al discernimiento y que Jesús sea nuestro gran amigo
Para el Pontífice este es el secreto de la vida de los santos, la “familiaridad y confidencia con Dios, que crece en ellos y hace cada vez más fácil reconocer lo que a Él le agrada”.

En la catequesis de la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre retomó el tema sobre el discernimiento cuyo elemento principal es la oración, que permite dirigirnos a Dios como a un amigo, con la espontaneidad y afecto.
Como dijo el Santo Padre es, “un acto importante” que nos permite tomar decisiones y hacer elecciones esenciales en nuestras vidas. Y así como es importante escuchar al corazón para tomar buenas decisiones, la oración afectiva permite entrar en intimidad con el Señor, como con un amigo que quiere nuestro bien y no nos chantajea.
Para el Pontífice este es el secreto de la vida de los santos, la “familiaridad y confidencia con Dios, que crece en ellos y hace cada vez más fácil reconocer lo que a Él le agrada”.
Una familiaridad que también permite vencer el miedo o dudar de que la voluntad de Dios sea realmente “por nuestro bien”.
“El discernimiento no pretende una certeza absoluta, porque se refiere a la vida, y la vida no siempre es lógica” y no se puede encerrar en “una sola categoría de pensamiento” y “aunque queramos saber con precisión qué habría que hacer, e incluso logramos saberlo, no actuamos en consecuencia”, aclara el Santo Padre.
Y que del mismo modo da a entender que el: “signo del encuentro con el Señor es la alegría”, pues la tristeza o el miedo, son signos de lejanía de Él. El Pontífice advierte que a si bien “discernir no es fácil, porque las apariencias engañan” y la familiaridad con Dios puede resolver las dudas y temores con suavidad, “haciendo nuestra vida cada vez más receptiva a su “amable luz”, frase del beato John Henry Newman.
“Pidamos esta gracia: vivir una relación de amistad con el Señor, como un amigo habla al amigo. Es una gracia que debemos pedir los unos por los otros: ver a Jesús como nuestro Amigo más grande y fiel, que no chantajea, sobre todo que no nos abandona nunca, tampoco cuando nos alejamos de Él”, concluyó Francisco.