Click acá para ir directamente al contenido

HOMILÍA DEL DÍA, Jueves 22 de Octubre- Por P. David Halm

P. David Halm

Jueves 22 de octubre de 2020

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21, 15-17

Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”

Él le respondió: “Si, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.

Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”

Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”.

Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.

Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”

Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”.

Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas.

Palabra del Señor.

Homilía del Día

Las y los estudiantes de 12° grade de Saint George’s College – y las de Villa María Academy – ya saben por las predicas de sus misas de curso, en las semanas pasadas, que en la base de mi cáliz están inscritas las tres palabras Pasce Agnos Meos. Es en latín esa frase y significa “Apacienta mis corderos”. Leemos ese mismo mandamiento en el evangelio de hoy, el día cuando honramos a Papa Juan Pablo II.

Sabemos que ese encuentro entre Simón Pedro y Jesús en la orilla del mar sucede después de la Resurrección. Sin saber de la historia de la Pasión de Cristo, nos aparece que esta pregunta entre ellos dos en este encuentro en la orilla ¿esta parece una pregunta entre amigos, cierto? “¿Me amas? “Si Señor, tu sabes que te quiero”. Pero sabiendo de lo que Pedro le respondió a la gente antes del juicio de Jesús, de su negación de su amistad con Jesús y discipulado, estas palabras de “tu sabes que te quiero”, son fuertes. Por eso podríamos pensar que la alternativa en ese momento en la orilla es que Jesús lo sancionara– o que Pedro con tanta vergüenza le ruega a Jesús su perdón. ¿Pero que dicen? Ambos hablan de amor.

La respuesta– tres veces – de Jesús a la afirmación de Pedro de su amor es que apaciente sus corderos y ovejas. Eso significa una misión. Porque la respuesta al encuentro con Jesús es siempre amor y su misión. No es suficiente que se quede, disfrutando el amor y amistad para siempre. Vamos a disfrutarlo en el cielo, ciertamente, pero en esta vida terrenal la respuesta a nuestro encuentro con Jesús y nuestra afirmación de amor hacia Él, es que nos vayamos al mundo para proclamar sus Buenas Noticias y apacentar a sus corderos y ovejas.

¿Quienes son esos corderos y ovejas? Los del sacerdote y obispos son ustedes, para mi específicamente las y los estudiantes de Saint George’s. Pero cada uno de ustedes leyendo esta homilía tienen corderos. Puedan ser sus estudiantes como un profesor, podrían ser sus propios hijos o sobrinos. Podrían ser los pobres y vulnerables que nos encontramos o aún, nuestros compañeros de trabajo que necesitan el amor y misericordia de Dios a través de nosotros.

Juan Pablo II se entregó a lo largo de su vida como pastor a los corderos de Dios. Finalmente ofreció las últimas décadas de su vida proclamando la esperanza de Cristo que “¡No Teman!”. Por su encuentro con Jesús resucitado, el Papa Juan Pablo II le afirmó a Jesús que, si Señor, tu sabes que te quiero. Y ese mismo sacerdote y papa escuchaba que “apacienta mis corderos”. Que lo sigamos en nuestras vidas también. ¡Sea alabado a Jesucristo!

Fr. David Halm

Imagen foto_00000070

Cerrar