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HOMILÍA DEL DÍA, Jueves 26 de Noviembre- Por P. David Halm

P. David Halm

Jueves 26 de noviembre de 2020

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     21, 20-28

Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida:

Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad que se alejen; y los que estén en los campos que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.

¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días!  Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.  Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.

Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.

Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación.

Palabra del Señor.

Homilía del Día

“La gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo…”

Cada año en las últimas semanas del año litúrgico (que termina este sábado) leemos lecturas apocalípticas. Son palabras de Jesús sobre los últimos días. En un sentido nos parecen alarmantes y nos dan susto. Pero si Jesús profetiza que “la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo…” igual les dice a sus discípulos que “Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación’’.

Entonces los discípulos de Jesús– y nosotros ahora– no tenemos miedo de esos días: de plaga, persecución, violencia o tumulto. Es precisamente por la razón que esas cosas obviamente nos asustan como seres humanos que Jesús tiene que aclarar que aunque todos los demás se mueran de terror y angustia, los cristianos no porque señalan el fin de este mundo corrupto y la venida de nuestro Señor y Salvador. 

Que venga pronto y nos salve. ¡Viva Cristo Rey!

Fr. David Halm CSC

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